Cuando una pareja se plantea ser padre y madre, incluso sin planteamientos, cuando un bebe está en camino son muchas las emociones, los sentimientos y los pensamientos que rodean a dicha pareja.

Desde el momento en que la mujer sabe que está embarazada entra en funcionamiento un protocolo de pruebas y citas médicas llevados a cabo,obviamente, en el cuerpo de la mujer, dejando en muchas ocasiones, al acompañante fuera del proceso, pues su cuerpo no es el que está viviendo dicha transformación.

Es cierto que cada vez son más los profesionales que incluyen en estos procesos a los padres o parejas de estas mujeres, pero aún no es una práctica cien por cien habitual.

Desde la Psicología Perinatal queremos hablaros de la importancia que tiene el padre durante el proceso de embarazo, parto y pos-parto. La evidencia nos va confirmando que el tener en cuenta al padre (o pareja de la mujer), hace que éste viva el proceso de tener un hijo más suyo, no tan ajeno hasta que nace, da seguridad a la mujer pues ésta tiene una persona que está implicada en el proceso, que lo vive en primera persona como ella y la vinculación con el bebé se favorece en mayor medida.

Partimos de la base de que la transformación no es solamente física, sino emocional y psicológica, por lo que ambas partes son receptoras de estos cambios.

Teniendo en cuenta que el padre vive dicho proceso al lado de la mujer embarazada, aunque sin los cambios hormonales y físicos y sin “el sentir desde dentro” a ese bebé, puede pasar desapercibido para algunos profesionales y dejar de lado algunas de las necesidades relacionales básicas de éstos.

La Psicología Perinatal  trabaja cubriendo y reparando (cuando sea necesario) la necesidad de seguridad donde, en este caso el padre,  pueda  expresar pensamientos, sentimientos y emociones sin sentirse juzgados y sabiendo que “está a salvo”, algo importante para poder vincularse con el proceso y con el futuro bebé. Validando y teniendo en cuenta todo aquello que surge en esta etapa de la vida. Dicha necesidad parece obvia pero no lo es cuando una parte de la pareja no es tenida en cuenta durante el proceso de embarazo, o bien en el parto o en el pos-parto.

La Psicología Perinatal también trabaja informando y dando orientación a dichos padres (o parejas) que quieren estar en el proceso y se sienten apartados, que no son capaces de implicarse por dificultades propias o ajenas.

Hay estudios que hablan de que el bebe que ha escuchado repetidas veces la voz de su padre, o pareja de su madre en el útero y el tacto de éste en la tripa de la madre, tras nacimiento conocen el tacto, la voz y la melodía en el caso de que se haya cantado alguna canción.

El que el padre sienta que es valorado, cuidado y considerado valioso durante el proceso de embarazo, es algo importante ya que va a hacer que la seguridad aumente en él y que se sienta parte del proceso y de ahí el apoyo y el soporte de esta mujer embarazada y de este bebé. Repercutiendo también en una vinculación mayor con el bebé y en un sentir que este proceso, también es su proceso. De hecho actualmente, si el bebé no pudiera hacer piel con piel tras el nacimiento con la madre, es el padre (o pareja de la mujer) de ese bebé, la persona mas adecuada para ello. Por lo tanto, para que ese piel con piel sea vinculante y favorable para el bebé, es importante que el padre haya podido formar parte del proceso.

Un buen trabajo de acompañamiento o terapéutico, según el caso, es de gran importancia para que este acompañante pueda “acompañar” a la mujer y a su futuro bebé durante esta etapa

Elsa del Pozo García

Miembro de la Asociación Española de Psicología Perinatal.