Pérdida perinatal: Una maternidad distinta
Cuando el crear vida pasa a ser denominado “pérdida”, la construcción del proyecto de maternidad/paternidad y todas las expectativas e ilusiones que se generan alrededor de este acontecimiento, pierden sentido.
La muerte de un/una hijo/a durante el embarazo, el parto o pocos días después del nacimiento constituye un proceso contra natura, una inversión del ciclo biológico para el cual las madres y los padres no están preparadas/os, pero que sin embargo, ocurre. Es entonces cuando el dolor se hace presente en forma de vacío emocional, pudiendo desencadenar en los progenitores reacciones de duelo, un duelo que no tiene permiso social para existir, que ha sido tratado como un tabú, ignorado, silenciado y minimizado, pero que puede dejar secuelas imborrables.
El duelo, aun siendo una reacción adaptativa normal ante la muerte, podría necesitar de atención y acompañamiento de profesionales especialistas en este proceso, que permitan a la mujer y su pareja avanzar en la elaboración del mismo, un espacio donde validar su pérdida y expresar sus sentimientos con el fin de evitar que desarrollen un duelo patológico, un trauma que les impida seguir su proceso de recuperación. Intervenir a nivel terapéutico permitirá que los padres y madres transiten, de manera más consciente, por el duelo de perder a un/una hijo/a invisible para los demás, pero presente y real para quien lo ha perdido.
Los padres y madres que atraviesan por este duro proceso, experimentarán una serie de manifestaciones, sentimientos, síntomas y signos que cambian a lo largo del tiempo y que no se presentan, de la misma manera, en cada persona. Estas manifestaciones del duelo se dividen en las siguientes fases: shock, negación, ira, negociación, tristeza y aceptación. Todos estos sentimientos son propios de un duelo normal y es un camino que, necesariamente, hay que transitar pero el duelo tras una pérdida gestacional no siempre es elaborado con normalidad pues aún siguen existiendo lazos con el bebé fallecido, quedando el duelo inconcluso. En estos casos no se acepta la situación de pérdida, el proceso queda bloqueado y el dolor sin elaborar, a esto denominamos duelo complicado.
Como referencia, y aunque cada caso requiere de un estudio individualizado, los psicólogos perinatales contemplamos que se puede marcar el momento de empezar la intervención psicológica en estos tres puntos:
- Cuando las reacciones psicológicas (pensamientos, sentimientos o conductas) perturbadoras duran más de 6 semanas.
- Cuando hay una interferencia negativa grave en el funcionamiento cotidiano (familia, trabajo o escuela).
- Cuando una persona se siente incómoda con sus pensamientos, sentimientos o conductas o se siente desbordada por ellos.
*Criterios según Echeburúa y Herrán (2007).
El duelo perinatal es un proceso muy doloroso que requiere de una gran sensibilidad social y especialización de los profesionales que lo atienden ya que, aunque no siempre la muerte gestacional trae consigo un duelo patológico, la invalidación social de esta pérdida convierte el dolor en un tabú, sobre todo cuando se trata de abortos tempranos, donde se agudiza la incomprensión y el respeto hacia aquellos padres y madres que solo piden que se reconozca su sufrimiento. Es por ello, que muchas veces, son estos mismos los que dejan de ser conscientes de la realidad que supone esta pérdida y dejan a merced de los acontecimientos su estabilidad psicológica. El actual estado del Sistema de Salud en nuestro país no ayuda en la elaboración de este duelo y, a pesar de que cada vez hay más concienciación por parte del personal sanitario (matrones/as, enfermeras/os, ginecólogos/as, obstetras,…) y son cada vez más los centros hospitalarios que cuentan con protocolos de actuación, el trato y cuidado en un momento tan delicado para la mujer y su pareja, especialmente para ella, todavía sigue sin ser el más adecuado. Procedimientos como los legrados a contrarreloj, que no permiten a los padres y madres despedirse de su hijo/a, el uso indiscriminado de farmacología y no ser debidamente informados y apoyados en este duro trance por parte del equipo médico, la familia y el entorno, en general, hacen que cada vez más, estas pérdidas, tanto prenatales como perinatales, sean premonitorias de patologías a nivel psicológico como la depresión y el trastorno de estrés postraumático. Las actitudes tomadas y las formas de accionar del equipo multidisciplinar tienen repercusiones directas sobre el estado de ánimo de quien se encuentra sufriendo una pérdida gestacional. Por este motivo, en la práctica clínica, se ve necesaria la figura del/la psicólogo/a perinatal y que éste/a esté presente en el momento de la pérdida, actuando como catalizador emocional, sirviendo de apoyo y acompañamiento en este duro momento. Este tipo de procedimientos podrían favorecer la correcta elaboración del duelo y evitar las complicaciones que podrían comprometer la salud y el funcionamiento general de la persona.
Nuestra labor como psicólogos/as perinatales se concibe no sólo como sostén, sino como acompañantes emocionales en ese camino tan doloroso que significa un duelo, donde se les brinde un espacio a las madres y sus parejas en el que manifestar sus sentimientos sin ser juzgados por llorar a un ser que no llegó a nacer. Cuando este dolor no se canaliza correctamente, se corre el riesgo de patologizarlo, llegando incluso a ser precursor de diferentes trastornos psicológicos. Es en estos casos cuando la intervención psicoterapéutica se vuelve el medio más eficaz para cerrar heridas y vivir aceptando la pérdida.
Si necesitas, o conoces de alguien que necesite un psicólogo perinatal, consulta la red de especialistas en la Asociación Española de Psicología Perinatal.
El presente artículo parte de un trabajo original realizado por Silvia de la Rosa: Intervención en duelo y pérdida en la maternidad y paternidad: Revisión de los beneficios de programas de apoyo psicológico en la atención al duelo prenatal y perinatal.
Bibliografía:
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Echeburúa, E., Herrán, A. (2007). ¿Cuándo el duelo es patológico y cómo hay que tratarlo? Análisis y Modificación de Conducta, 33, 31-50.
Fernández-Alcántara, M., Cruz-Quintana, F., Pérez-Marfil, N. y Robles-Ortega, H. (2012). Factores psicológicos implicados en el Duelo Perinatal. Index Enferm vol. 21 nº1-2 Granada enero/junio 2012.
Mota-González, C., Aldana-Calva, E., Gómez-López, M.E., Sánchez-Pichardo, M.A. y González-Campillo, G. Impacto emocional en las parejas a quienes se informa que su feto tiene defectos congénitos. Ginecol Obstet Mex 2008; 76 (10): 604-9.
Equipo Blog (Silvia Orenes, Silvia de la Rosa y Raquel Huéscar)