En esta Semana del Parto Respetado, exploramos desde la AEPP sus principios fundamentales, los pilares sobre los que se construye un nacimiento en libertad, amor y presencia.

El Parto Respetado o Parto Humanizado es un enfoque que pone en el centro a la persona gestante, respetando sus decisiones, tiempos biológicos y derechos, en un entorno seguro tanto física como emocionalmente. 

Desde la Asociación Española de Psicología Perinatal (AEPP) te dejamos los principios clave que lo definen:

1. Respeto por la autonomía de la persona gestante

  • Se garantiza el derecho a tomar decisiones informadas sobre su cuerpo y su parto.
  • Se fomenta el consentimiento informado para cualquier procedimiento médico.

2. Respeto por los tiempos fisiológicos del parto

  • Se evita intervenir innecesariamente en el proceso natural del parto.
  • Se permite que el trabajo de parto avance sin presiones externas por horarios o rutinas institucionales.

3. Escucha activa y acompañamiento emocional

  • El equipo de salud escucha y valida las emociones, miedos y necesidades de la persona gestante.
  • Se brinda contención emocional, con un trato cálido y empático.

4. Libertad de movimiento y de elección de posición

  • Se permite que la persona elija en qué posición quiere parir.
  • Se evita la inmovilización innecesaria durante el trabajo de parto.

5. Derecho a estar acompañada

  • Se respeta el derecho a elegir a una o más personas de confianza para acompañar el proceso.
  • El acompañamiento es continuo y no se restringe por razones institucionales sin justificación válida.

6. Contacto piel con piel y apego inmediato

  • El bebé es colocado en el pecho de la madre inmediatamente después del nacimiento, salvo situaciones clínicas que lo impidan.
  • Se favorece el inicio temprano de la lactancia.

7. Ambiente íntimo, seguro y acogedor

  • Se busca reducir el uso de luces fuertes, ruidos o interrupciones innecesarias.
  • Se promueve un entorno tranquilo y respetuoso de la intimidad.

8. Prevención de violencia obstétrica

  • Se evita el uso de prácticas invasivas, humillantes o no justificadas clínicamente.
  • Se promueve la atención basada en la evidencia y la dignidad.

Hablar de Parto Respetado es hablar de derechos, pero también de cuidados emocionales, de acompañamiento real, de cuerpos que sienten y de historias que merecen ser contadas con ternura.