Manifiesto de la FEDUP por “El reconocimiento, la dignidad y la reparación” en el Día Internacional del Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal
Desde la AEPP, como miembros de FEDUP, nos sumamos con profundo compromiso al Manifiesto por el reconocimiento, la dignidad y la reparación en el Día Internacional del Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal.
Como profesionales de la salud mental perinatal, acompañamos cada día a madres, padres y familias que enfrentan la muerte de sus hijas e hijos antes, durante o poco después del nacimiento. Sabemos que este dolor no solo nace de la pérdida, sino también del silencio, la falta de reconocimiento y la ausencia de cuidados adecuados.
Por ello, compartimos y respaldamos firmemente las demandas de este manifiesto, que no solo visibiliza, sino que exige justicia, respeto y reparación. Reclamamos una atención perinatal basada en la dignidad, la humanización y el acompañamiento consciente del duelo, y un marco institucional que garantice que ninguna familia atraviese esta experiencia en soledad o sin apoyo.
Este 15 de octubre, alzamos la voz junto a FEDUP y a todas las familias para recordar que nuestros hijos e hijas existieron, que el duelo perinatal merece cuidados reales, y que el cambio es una cuestión de justicia y humanidad.
Manifiesto FEDUP por “El reconocimiento, la dignidad y la reparación”en el Día Internacional del Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal
Un año más, desde FEDUP (Federación Española de Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal) alzamos la voz junto a familias, asociaciones y profesionales que acompañan el dolor más silenciado: el de la muerte de nuestras hijas e hijos antes de nacer, durante el parto o poco después.
Este año no basta con visibilizar: exigimos. Porque el silencio institucional, la desinformación y la ausencia de protocolos no solo hieren: revictimizan. Porque los vacíos legales no solo nos dejan a la intemperie: también nos arrebatan el derecho a despedir, a cuidar, a nombrar y a recordar.
Por eso este 15 de octubre gritamos fuerte:
El silencio institucional también duele.
Nuestros hijos e hijas existieron.
Nuestra experiencia merece cuidados, respeto y reparación.
MANIFESTAMOS:
- Que la muerte gestacional, perinatal y neonatal es una realidad que sigue siendo tratada como tabú, generando aislamiento, desamparo e invisibilidad.
- Que los sistemas sanitarios y jurídicos aún no están preparados para acompañar adecuadamente estas pérdidas, dejando a las familias sin información, sin recursos, sin tiempos ni espacios para el duelo.
- Que los procesos de interrupción del embarazo por causas personales o médicas siguen marcados por el estigma, la culpa impuesta y el abandono institucional, especialmente en comunidades donde no se garantiza su atención en la sanidad pública.
- Que la validación emocional y legal de quienes ejercen una función parental no puede seguir dependiendo del número de semanas de gestación ni del azar del equipo que atiende.
- Que la falta de reconocimiento oficial de nuestras hijas e hijos fallecidos nos condena a una muerte sin historia, sin nombre, sin rastro.
EXIGIMOS:
- Un marco legal estatal que reconozca a todas las criaturas fallecidas, con independencia de la edad gestacional, como hijas o hijos, permitiendo su inscripción con nombre y apellidos si así lo desean sus progenitoras, progenitores o personas responsables del vínculo.
- La implementación obligatoria, evaluable y auditada de protocolos de atención al duelo gestacional, perinatal y neonatal en todos los hospitales públicos y privados del Estado, incluyendo las interrupciones legales y voluntarias del embarazo y los cuidados paliativos perinatales.
- Formación especializada y obligatoria para profesionales sanitarios, administrativos, funerarios y otros agentes implicados, basada en el respeto, la dignidad y el acompañamiento consciente del duelo.
- Acceso igualitario a atención psicológica postparto y al acompañamiento emocional, sin barreras territoriales, económicas o burocráticas, para todas las personas qeu atraviesan una pérdida.
- Permisos de cuidados y recuperación adaptados a la experiencia de muerte, sin condicionamientos arbitrarios por semanas de gestación ni requisitos médicos que ignoren el sufrimiento real.
- Acuerdos con funerarias que garanticen el respeto a los cuerpos y los rituales elegidos por las familias, de acuerdo con sus creencias y valores.
- Espacios físicos adecuados y diferenciados en los hospitales para transitar el duelo de forma íntima, segura y digna.
- Medidas de reparación simbólica e institucional para las familias a quienes se les negó el derecho a ser informadas, acompañadas o a despedirse de sus criaturas.
Exigimos disculpas públicas, revisión de casos y mecanismos reales de reparación. - Una campaña nacional de concienciación sostenida, avalada por el Ministerio de Sanidad y el de Igualdad, para desmontar el tabú, formar a la ciudadanía y visibilizar el duelo gestacional, perinatal y neonatal.
CERRAMOS DICIENDO:
Nuestras hijas e hijos existieron.
Nuestros cuerpos recuerdan.
Nuestros nombres también habitan vínculos que paren, sostienen, aman y despiden, aunque el cuerpo no haya gestado.
Lo que pedimos no es un favor, es justicia.
Y la justicia no espera, se construye.
Este 15 de octubre no pedimos silencio: pedimos cambio.