CARTA ABIERTA de la AEPP a Mónica García Gómez, Ministra de Sanidad, por el Día Mundial para la Concienciación sobre la Muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal.

Desde la Asociación Española de Psicología Perinatal (AEPP), con motivo del 15 de octubre, queremos hacer un llamamiento a la sociedad en general, pero sobre todo a las administraciones, entidades y organismos sanitarios, sobre la importancia de VISIBILIZAR, VALIDAR y sobre todo ATENDER y ACOMPAÑAR, de manera correcta, a la muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal en nuestro país.

Las cifras hablan por sí solas, la tasa de mortalidad perinatal en Europa y en España se sitúa en 1 de cada 200 embarazos. Si nos fijamos en España, son 2.000 bebés los que mueren cada año pasadas las 24 semanas de embarazo o durante el primer mes de vida.  A estos bebés hay que sumar las pérdidas por abortos involuntarios, que en dos de cada tres casos suceden durante el primer trimestre. Que 1 de cada 4 embarazos culmine en aborto o muerte fetal o neonatal es un hecho; así como que el dolor que presentan estas familias ante la muerte demasiado pronta de sus hijos e hijas es una realidad no siempre suficientemente conocida, tratada y aceptada.

A pesar de estas cifras, sigue siendo un tema tabú, un duelo invisibilizado en nuestra sociedad.

Carta a la Ministra de Sanidad

Desde esta asociación, que agrupa a más de 200 profesionales de la psicología que trabajan con la salud mental de las mujeres durante la etapa perinatal, a través de la docencia, la investigación y la intervención tanto en el ámbito privado como en el público, y que acompañamos, cada día, a tantas madres y familias en duelo queremos poner de manifiesto que:

Pese a que la mayor concienciación sobre la importancia del adecuado cuidado a las familias cuyos hijo o hijas fallecen en la etapa perinatal o neonatal, aún estamos muy lejos de que la atención a la muerte perinatal y neonatal sea la adecuada.

Cuando se piensa en un embarazo, lo hacemos asociándolo a la llegada de una nueva vida, pensamos en la ilusión, la alegría, la felicidad con la que las madres y padres se imaginan con su hija o hijo. Pero la realidad es que, a veces estas vidas no llegan, se van demasiado pronto, dejando en sus madres y padres un vacío profundo.

Así, con la muerte de este bebé, muere un proyecto de vida, dando comienzo a un duelo, particular y único, que se caracteriza por:

  • Es un duelo Silenciado
  • Es un duelo Desautorizado
  • Es un duelo Minimizado

La sociedad sigue silenciando a las familias y su dolor, aquello de lo que no se habla, parece no existir, y la realidad es que la muerte perinatal existe con más frecuencia de lo que se nombra.

La atención a la salud mental de la madres y padres cuyos bebés fallecen en este periodo sigue sin ser la adecuada; sin olvidar que el duelo es un proceso no patológico y que ha de ser vivido de una manera personal, el acompañamiento a las familias es clave para que puedan transitar este dolor.

Si bien la mirada hacia las madres en duelo está cada vez presente, es urgente recordar a sus parejas, otros hijos e hijas y familiares próximos; la muerte perinatal supone una rotura en los cimientos de vida, puede hacer que se tambalee todo el sistema familiar, y aunque no cada miembro vive de la misma manera el dolor, todos sufren.

Mención especial merecen los casos de interrupciones voluntaria y/o legales del embarazo; muchas mujeres que ha tenido que tomar tan difícil decisión refieren sentir en muchas ocasiones el juicio, de la sociedad pero en casos también de las y los propios  sanitarios que les acompañan.

No existen protocolos unánimes en todos las comunidades autónomas, ni tan siquiera estos son los mismos dentro de ellas, habiendo una gran variabilidad en el cuidado y atención a estas familias; no puede ser, no debe ser, que la atención a la muerte de un hijo o hija antes de nacer, en su nacimiento o al poco tiempo de este no sea la misma y dependa del centro sanitario e incluso personal les acompañe en este proceso, siendo aún casi inexistente las profesionales de la psicología perinatal especialistas en las unidades de maternidad.

Pese a los avances, como la posibilidad de registrar al hijo fallecido en el vientre materno o durante el parto, estos no son suficientes, dependiendo de la semana de gestación la mujer recibirá su baja por “cuidado de hijo” cuestión que debe ser revisada, pues si bien es necesario ese momento las palabras sabemos que importan y mucho estas mujeres. Por desgracia no tienen ese bebé a cargo que cuidar. Asimismo, el permiso para los padres en Duelo no existe y también necesitan de su tiempo para asimilar, integrar y poder estar presente con su pareja mientras construyen esa idea de que sus hijos ya no está la niña cuerpo junto a ellos.

Por todos estos motivos, es tan importante concienciar sobre la muerte perinatal, reconocer el significado de la pérdida de un beb​​é y disminuir el estigma y tabú que, a menudo, obliga a las madres y padres a vivir el duelo en silencio y sin el apoyo adecuado, tanto del sistema sanitario como del apoyo de la familia y amistades, claves para elaborar el duelo.

Estimada Mónica, apelamos a su sensibilidad y la responsabilidad que emana de su cargo como Ministra de Sanidad y como médica,  para que desde las funciones que su cargo le otorga, se comienza a trabajar por los derechos de las familias en duelo por la muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal en nuestro país de una forma explícita y unificada.

Desde la AEPP será un placer aportar en dicha tarea todo lo que esté en nuestra mano.

Un cordial saludo.